Ella entró en la pequeña ermita embriagada por el momento. Muchos rostros la observaban sonrientes, más de uno insinuó un saludo al que respondió con una sonrisa sin dejar de mirar al frente.
Él esperaba impaciente mientras ella avanzaba a su encuentro. El brillo de sus ojos se lo dijeron todo.
Ellos ya lo sabían, se amaban de hacia años, estaban hechos el uno para el otro y querían gritarlo al mundo, y lo hicieron, y todos lo celebraron.
Hoy, 11 años después, ella mira su mano desnuda de alianzas y en su mente pasan los recuerdos de ese momento, momentos felices de los que está orgullosa de haberlos tenido, de haberlos amado. Hoy ha comprobado con satisfacción que sus recuerdos, aún siendo los mismos año tras año, son alegres. Por primera vez se ha sentido feliz que vuelvan a su mente. Por fin ha entendido que dejarlo marchar no es olvidar, hoy ha entendido que la puerta seguía abierta, que no todo estaba superado. Intuye que esos recuerdos volverán a su mente cada año para celebrar su amor, pero sabe que los recibirá con agrado porque por fin ha cerrado ese círculo pendiente.
Ella sale al pequeño balcón embriagada por el momento. Es muy tarde, nadie pasea por la calle aún mojada, ha llovido al atardecer, cierra los ojos y se deja envolver por el frío de la noche, se estremece, le gusta esa sensación, se siente nueva, no hay vuelta atrás. Antes de entrar un pequeño destello le llama la atención, mira al cielo, una única estrella en el inmenso cielo nublado le guiña el ojo mientras el viento le susurra Te Quiero al oído y un dulce beso se posa en sus labios envuelto en un Feliz Aniversario al que responde con su mejor sonrisa sin dejar de mirar al futuro.
Él esperaba impaciente mientras ella avanzaba a su encuentro. El brillo de sus ojos se lo dijeron todo.
Ellos ya lo sabían, se amaban de hacia años, estaban hechos el uno para el otro y querían gritarlo al mundo, y lo hicieron, y todos lo celebraron.
Hoy, 11 años después, ella mira su mano desnuda de alianzas y en su mente pasan los recuerdos de ese momento, momentos felices de los que está orgullosa de haberlos tenido, de haberlos amado. Hoy ha comprobado con satisfacción que sus recuerdos, aún siendo los mismos año tras año, son alegres. Por primera vez se ha sentido feliz que vuelvan a su mente. Por fin ha entendido que dejarlo marchar no es olvidar, hoy ha entendido que la puerta seguía abierta, que no todo estaba superado. Intuye que esos recuerdos volverán a su mente cada año para celebrar su amor, pero sabe que los recibirá con agrado porque por fin ha cerrado ese círculo pendiente.
Ella sale al pequeño balcón embriagada por el momento. Es muy tarde, nadie pasea por la calle aún mojada, ha llovido al atardecer, cierra los ojos y se deja envolver por el frío de la noche, se estremece, le gusta esa sensación, se siente nueva, no hay vuelta atrás. Antes de entrar un pequeño destello le llama la atención, mira al cielo, una única estrella en el inmenso cielo nublado le guiña el ojo mientras el viento le susurra Te Quiero al oído y un dulce beso se posa en sus labios envuelto en un Feliz Aniversario al que responde con su mejor sonrisa sin dejar de mirar al futuro.